El día que muera el poeta,
yo se que tú no lo vas a llorar,
no tienes ningún sentimiento,
corazón de piedra, piel de metal.
Lo han de llorar las estrellas,
el sol y la luna eclipsarán,
y un manto de nubes espesas,
tanta pena querrán ocultar.
En bosques, montes y praderas,
plantas y flores marchitarán,
el arroyo será cual torrente,
y las aves dejarán de trinar.
El mar, su oleaje y la playa,
en el viento su lamento pondrán,
la noche y su loca bohemia,
al poeta también llorarán.
Si, podrán morir mil poetas,
mas la poesía jamás morirá,
mientras haya un alma que exprese,
sentimientos de amor y verdad.
El día que muera el poeta,
solamente no han de llorar,
los que, como tú, sólo tienen,
corazón de piedra, piel de metal.
Guillermo Magliarelli
yo se que tú no lo vas a llorar,
no tienes ningún sentimiento,
corazón de piedra, piel de metal.
Lo han de llorar las estrellas,
el sol y la luna eclipsarán,
y un manto de nubes espesas,
tanta pena querrán ocultar.
En bosques, montes y praderas,
plantas y flores marchitarán,
el arroyo será cual torrente,
y las aves dejarán de trinar.
El mar, su oleaje y la playa,
en el viento su lamento pondrán,
la noche y su loca bohemia,
al poeta también llorarán.
Si, podrán morir mil poetas,
mas la poesía jamás morirá,
mientras haya un alma que exprese,
sentimientos de amor y verdad.
El día que muera el poeta,
solamente no han de llorar,
los que, como tú, sólo tienen,
corazón de piedra, piel de metal.
Guillermo Magliarelli
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