Caía la tarde de un día de Marzo
y yo caminaba a orillas del mar,
buscaba ansioso, tu cuerpo en la arena,
esperaba encontrarte, volvernos a amar.
Con mucha tristeza, caminé, no sé cuánto,
solo sé que el faro, quedó muy atrás;
busqué el horizonte, y vieron mis ojos,
tan solo la luna flotando en el mar.
Volví tras mis pasos buscando tus huellas,
esa noche, mi vida, no me fuiste a esperar,
mil cosas pasaron por mis fantasías,
y repitiendo tu nombre, me puse a l llorar.
En fin, muchacha, tan solo te extraño,
extraño tus besos, tu forma de amar,
tu latir agitado, al hundirme en tu cuerpo,
y tu voz temblorosa pidiendo por más.
Mañana, seguro, volverás a la playa,
y nos amaremos a orillas del mar,
tu cuerpo desnudo, tus ojos, tu boca
sirena dorada, muchacha del mar.
Guillermo Magliarelli
y yo caminaba a orillas del mar,
buscaba ansioso, tu cuerpo en la arena,
esperaba encontrarte, volvernos a amar.
Con mucha tristeza, caminé, no sé cuánto,
solo sé que el faro, quedó muy atrás;
busqué el horizonte, y vieron mis ojos,
tan solo la luna flotando en el mar.
Volví tras mis pasos buscando tus huellas,
esa noche, mi vida, no me fuiste a esperar,
mil cosas pasaron por mis fantasías,
y repitiendo tu nombre, me puse a l llorar.
En fin, muchacha, tan solo te extraño,
extraño tus besos, tu forma de amar,
tu latir agitado, al hundirme en tu cuerpo,
y tu voz temblorosa pidiendo por más.
Mañana, seguro, volverás a la playa,
y nos amaremos a orillas del mar,
tu cuerpo desnudo, tus ojos, tu boca
sirena dorada, muchacha del mar.
Guillermo Magliarelli
1 comentario:
Me ha gustado mucho tu poema...enhorabuena por tu don.
Encontré tu blog al poner "la playa de nuestro amor"...se me ocurrió de repente, y apareciste.
Que vaya bien, no dejes de escribir...
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