Un poema, una flor, un sueño de amor
que trunco ha quedado;
tu sonrisa y tu voz, tu beso y pasión,
y un árbol tallado;
no sé lo que fue, tampoco ilusión
yo puedo llamarlo.
La dulce canción, que un día, los dos
muy juntos, cantamos;
las lágrimas que, vertiste una vez,
y mojaron mis labios.
Tu sonrisa, también, que hizo olvidarme
de todo lo malo,
un mechón, que aún, en un viejo cajón,
lo tengo guardado.
El anillo, que fue la gran esperanza,
que juntos soñamos.
Esto quedó del tiempo feliz
de un loco verano;
un alma dichosa, la tuya,
y yo, que tan solo, soy tu pasado.
que trunco ha quedado;
tu sonrisa y tu voz, tu beso y pasión,
y un árbol tallado;
no sé lo que fue, tampoco ilusión
yo puedo llamarlo.
La dulce canción, que un día, los dos
muy juntos, cantamos;
las lágrimas que, vertiste una vez,
y mojaron mis labios.
Tu sonrisa, también, que hizo olvidarme
de todo lo malo,
un mechón, que aún, en un viejo cajón,
lo tengo guardado.
El anillo, que fue la gran esperanza,
que juntos soñamos.
Esto quedó del tiempo feliz
de un loco verano;
un alma dichosa, la tuya,
y yo, que tan solo, soy tu pasado.
Guillermo Magliarelli
2 comentarios:
Guille, soy la primera en emocionarme con este gran poema, amigo del alma.
Todo en sus versos, respiran a amor, a ilusiones, a sueños jamás olvidados
Te dejo mi huella indeleble en un enorme abrazo.
AZULITA
hola azulita, esto casi de igual forma me ha pasado en el año 1977
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