Un sábado bien tarde,
cuando del domingo se inicia,
muy presurosa pasaste,
y entre la noche escondida,
me animé a preguntarte,
que es lo que te ocurría,
nerviosa me contestaste,
que te dolía la vida,
a mis brazos te aferraste,
yo sentí como latías,
toda esa noche juntos,
hasta el sol del mediodía.
cuando del domingo se inicia,
muy presurosa pasaste,
y entre la noche escondida,
me animé a preguntarte,
que es lo que te ocurría,
nerviosa me contestaste,
que te dolía la vida,
a mis brazos te aferraste,
yo sentí como latías,
toda esa noche juntos,
hasta el sol del mediodía.