miércoles, 8 de octubre de 2008

BENDITA TORMENTA



No sé que me pasa esta noche,
¿será la tormenta que me impide dormir?,
o tal vez, el recuerdo de aquel "Santa Rosa",
cuando, mojada y con frío, llegaste hasta mí.

¡Qué tarde!, lluvia, relámpagos, truenos,
se sucedían como el tic-tac del reloj;
yo, en esa mesa, esperando que calme,
fumé mil cigarros, tomé cien cafés.

El viento arreciaba, la visión se empañó,
y vos, que abrías la puerta del bar,
buscando refugio a tanta inclemencia,
y frente a mis ojos, te fuiste a sentar.

Te miré, y vos respondiste a esa mirada,
pediste un té y algunas tostadas;
yo...,te miraba, sonreíste otra vez,
comprendí que las cartas, estaban jugadas!.

Atrevido y confiado, me siento a tu lado,
¡hola!, dijiste, ¿estoy despeinada?,
acomodé tus cabellos, detrás de tu espalda,
te dije:¡que bella es tu mirada!.

Pasaron dos horas, la tormenta amainaba,
salimos del bar con las manos tomadas,
mojados, con frío, buscamos la calma;
¡que noche!, ojos negros, ¡que dulce que amabas!.

¡Bendita tormenta!, ¡bendita mirada!,
una historia de amor, así comenzaba.
No puedo dormir..., encontré la respuesta,
es tu dulce recuerdo y no la tormenta.



Guillermo Magliarelli

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