lunes, 6 de octubre de 2008

DESTINO DE AMOR


Tus ojos tan dulces,
tu buena mirada,
que cuando, es profunda,
es caricia en el alma;
tus labios, tu boca,
pimpollo de rosa,
con sólo mirarla
mis ansias provocan.
Tus manos tan suaves,
de tibia a caliente,
que con sólo rozarme,
pasiones desatan.
Tus senos, muchacha,
que cuando me abrazas
me queman el cuerpo,
la mente y el alma.
Tus ojos, tus labios,
tu boca y mirada,
tus manos, tu abrazo,
tus senos, tu cuerpo,
corazón y sentidos,
tu voz, tus gemidos,
¡volcán encendido!;
tan tierna y salvaje,
poseerte y amarte,
es todo un prodigio.

No encuentro palabras,
no puedo explicarlo,
¡amor como el nuestro!,
ternura y dulzura,
pasión y locura,
¿como hemos podido?,
¡maravilloso regalo,
nos hizo el destino!.


Guillermo Magliarelli

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